Hay quien piensa que la solución de que baje el precio de la gasolina es la energía nuclear. Sí, aun con el desastre de la Central de Fukushima en Japón, hay gente que piensa en usar la energía nuclear para más usos civiles...
Supongo que son los mismos que desde los frentes mediáticos han venido negando desde hace días un desastre que ya gente más experta y independiente reconocen. Migui o Yuri, por nombrar algunos bloggers conocidos y de constatada reputación científica, ya reconocen los fallos. Pero otros no lo hacen y es que los tentáculos del lobby nuclear español son poderosos y esto no es Alemania, donde los ecologistas son una fuerza a tener en cuenta, y no son considerados unos hippies comeflores como ocurre aquí. Aunque reconozco que hay mucho antinuclear de boquilla que jamás osaría cambiar su ritmo de vida.
Pero no esta de más recordar algo, como decía Escolar, el único vehículo que funciona con una reacción nuclear es ficticio, y es ni más ni menos, que nuestro DeLorean, de Regreso al Futuro.
No soy antinuclear. Me considero prágmatico y escéptico a la vez. Ahora no es posible cerrar todas las centrales, aunque convendría cerrar alguna antigualla nuclear de más de 40 años, que encima es hermana de la de Fukushima.
Soy plenamente consciente de que las energías renovables son el futuro, pero que si queremos que sustituyan por completo a las fuentes contaminantes y peligrosas actuales, han de evolucionar más para ser más eficientes.
También soy escéptico con una fuente de energía que proliferó a tope durante la Guerra Fría cuando todos querían su propia bomba atómica... y sin embargo, en España con la moratoria nuclear finalizada desde 1997, en estos 14 años, nadie ha empezado a construir ninguna. Y ciertamente, en los últimos 20 años, pocas centrales nucleares han empezado a construirse en todo el mundo. O no son tan seguras o no son tan rentables, o ambas...
Es por ello que si pienso en energía nuclear, solo me gustaría tenerla cerca, al volante de un DeLorean con el que pueda viajar en el tiempo. Para mí, son un mal necesario actualmente. Un mal que deberíamos de estar obligados a sustituir. Poco a poco, pero sin pausa. Y no ya solo por nosotros, sino porque su uso constituye una tiranía generacional hacia nuestros descendientes. Es un egoismo de proporciones astronómicas hacia generaciones posteriores que se verán obligadas a gestionar durante cientos de años, toneladas de basura radioactiva generada por nosotros por culpa de nuestro egoismo, codicia y modo de vida actual.
Mucha solidaridad con el pueblo japonés. Menea este artículo
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