La Biblia puede obviar la explicación de sus hipótesis; la ciencia formular paradojas, pero lo sólido es el experimento real. Por Manuel Lozano Leyva, que es Catedrático de Física Atómica Molecular y Nuclear en la Universidad de Sevilla. Y en este artículo relaciona la paradoja de Abel y Caín en el Genesis de La Biblia con la famosa paradoja de los gemelos de la teoría de la relatividad de Albert Einstein.
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