La Biblia puede obviar la explicación de sus hipótesis; la ciencia formular paradojas, pero lo sólido es el experimento real. Por Manuel Lozano Leyva, que es Catedrático de Física Atómica Molecular y Nuclear en la Universidad de Sevilla. Y en este artículo relaciona la paradoja de Abel y Caín en el Genesis de La Biblia con la famosa paradoja de los gemelos de la teoría de la relatividad de Albert Einstein.
Menea este artículodomingo, 19 de abril de 2009
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