lunes, 3 de diciembre de 2012

Descubre la relación entre el póker y el cine

Actualmente el póker está viviendo una época dorada que pocos podían imaginar hace sólo unos cuantos años, cuando este juego de cartas parecía arrinconado en el recuerdo de todos nosotros, perteneciendo tanto a la ficción como un unicornio o los viajes en el tiempo. Pues era precisamente en el cine donde tenía lugar el poco contacto que la mayoría de nosotros podía tener con el póker. Esto ha cambiado hoy día totalmente, y el póker está presente en nuestras vidas ya seamos jugadores o no. Quizás el boom del póker se deba principalmente al póker online, ya que los portales de juego se han convertido en un gran punto de reunión de jugadores que no tienen problemas en echar un par de partidas frente a su ordenador cuando les apetece y tienen tiempo libre.

Pero por si esto fuera poco, el póker online se ha visto reforzado por los torneos presenciales, que le han quitado algo de polvo y años a los casinos; y las partidas entre amigos que se reúnen de vez en cuando para pasar un rato charlando y tomando algo con las cartas y las fichas de póker como excusa. Lo curioso de estas reuniones de amigos para jugar al póker es que tienen un gran éxito entre los jóvenes, con lo que no es raro encontrar un maletín o caja con fichas de póker en la mayoría de los pisos compartidos de jóvenes. Pero al margen de esta moda actual del póker, debemos reconocer que si el juego ha subsistido a duras penas durante muchos años ha sido gracias al cine, principalmente por la industria de Hollywood, pues mientras el póker se retiraba de la vida de la mayoría de la gente, su leyenda continuaba presente en la pantalla, como un eterno recordatorio de que aunque no jugáramos con las cartas, un póker de ases era una mano que no podíamos dejar pasar.

Si nos fijamos en como ha tratado el cine al póker, podemos centrarlo en tres vertientes muy bien diferenciadas, por un lado tenemos las míticas partidas de póker en los westerns, por otro el papel de las cartas en sórdidas partidas ilegales de la mafia, y por último esa imagen de glamour y exclusividad en lujosos casinos donde las cartas hacen cambiar de manos millones de dólares. El caso del póker en el oeste es el más simple, pues se ha convertido en un sinónimo del propio género cinematográfico. De este modo, no podemos pensar en ninguna película ambientada en el oeste en el que no haya ningún tiroteo ni una partida de póker en un saloon. El póker en el oeste era jugado por hombres rudos que se jugaban su sueldo mientras bebían whisky y masticaban tabaco, o al menos eso es lo que nos ha enseñado el cine.

Pero no solo en la prehistoria americana habita el póker fílmico, ya que no podemos dejar de lado ni a los mafiosos ni a los multimillonarios. En el caso de la mafia, todos tenemos la imagen de unos gangsters italianos organizando una partida de póker ilegal en la trastienda de una carnicería o negocio similar. Estas representaciones del póker son mucho más sórdidas, pues casi siempre terminan con alguien que pierde más de lo que puede pagar, con lo que si tiene suerte le romperán un par de dedos con un martillo y si es menos afortunado dormirá con los peces gracias a unos zapatos de cemento. Menos mal que la imagen más glamourosa del póker en el cine es mucho menos violenta, ya que todos podemos recordar escenas de hombres con smoking jugándose literalmente fortunas a las cartas mientras mujeres deslumbrantes les acarician los hombros y les traen una copa tras otra.

El poder del cine es tan importante que incluso nos ayuda a conocer las reglas del póker. Por ejemplo podemos señalar la película de James Bond Casino Royale, la que cuenta con una épica partida de póker en la que muchos aprendimos las reglas de la variante Texas Holdem, el tipo de partida de póker que actualmente cuenta con más éxito entre los jugadores.

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