Desde luego, tal vez te estés riendo y pienses: “Pero, ¿cómo va a haber destruido el LHC la Tierra si estoy leyendo este artículo? ¡La Tierra y yo seguimos aquí, qué estupidez de noticia!” Algo muy evidente… pero falso. Como hemos dicho aquí muchas veces, la intuición a veces nos juega malas pasadas. En este caso, parece obvio que si estás leyendo estas líneas, la Tierra no ha podido ser destruida. Nada más lejos de la realidad, aunque hace falta hacer un paréntesis para entender por qué.
¿Quieres saber cómo? Una alocada teoría fluzeante que implica los universos paralelos y los viajes al pasado del bosón de Higgs para evitar su propio descubrimiento.
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