Ahora que se acercan las vacaciones, muchos usarán el TomTom para llegar a sus destinos. Quizá pocos usuarios de algún navegador GPS, conozcan el caracter fluzeante del mismo, y como se ve afectado por la Teoría de la Relatividad que predijó Albert Einstein.
El GPS consiste en una red de satélites. El receptor de nuestro coche, se pone en contacto con ellos. Y con solo 3 de esos satélites, se calcula geométricamente nuestra posición, triangulando las señales recibidas. Hasta ahí, lo que más o menos todos conocemos del sistema GPS.
Pero he aquí lo insolito: El tiempo no transcurre de igual manera aquí y allá donde estan esos satélites, que se encuentran a 18 mil kilometros de La Tierra y orbitan a 14 mil kilometros por hora. La altura a la que están situados hace que el tiempo para ellos, pase más despacio (como les pasa a los astronautas) y la velocidad a la que se mueven, hace que vaya más rápido. El resultado consiste en restar ambos fenómenos e implica lo siguiente: El tiempo transcurre 39 millonésimas de segundo por día más despacio para los satélites que para las personas que estamos en La Tierra.
Esas millonesimas pueden parecer una minucia y el error podría considerarse despreciable. Pero hay que tener en cuenta que los calculos del sistema GPS usan como uno de los parámetros la velocidad a la que transmiten su señal (300 mil kilometros por segundo, la de la luz). Y por tanto, un error de una millonesima, puede provocar fallos de varios kilometros. Y entonces acabaríamos con nuestro coche en el fondo del mar.
Es por ello, que aunque muchos no lo sepan, el sistema de navegación GPS ajusta sus cálculos teniendo en cuenta la Teoría de la Relatividad de Einstein, y teniendo en cuenta que el tiempo transcurre más despacio para los satélites.
Es increible, como este ciéntifico y sus investigaciones han hecho posible, que un cacharrito nos diga "girar a la derecha" en el momento exacto, con una precisión de hasta 15 metros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario