La simple tarea de mirarme el correo estos días que he estado de vacaciones en casa de mis ancianos y venerables padres ha sido lo más parecido a aquellos tiempos en los que me conectaba a internet con un módem RTB de toda la vida. Hablar de “lentitud” a la hora de leer un mensaje de texto sencillo sería hacer gala de mucha magnanimidad. Mi madre se lo toma con otra filosofía:
“Sí, va muy lento, pero yo entre que veo una página y otra aprovecho para hacer crucigramas”. Y me señala un cuadernillo de autodefinidos y un boli que tiene al lado del ordenador.
Menos mal que sólo han sido cuatro días, porque si no me veía haciendo horas extra para contestar a todos los correos que se me han acumulado. Por lo menos me he hinchado de pasear por el campo, y ahora traigo hasta buen color, y todo. A ver cuánto tiempo tardo en volver a convertirme en un fiero Morlock subterráneo, una vez de vuelta al futuro…
Sacado de A ver tu que entiendes
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